Imagina que estás construyendo una casa con bloques de Lego. A veces, es difícil imaginar cómo encajar todas las piezas ¿verdad? Esto se debe a que hay muchas cosas que debes tener en cuenta y hacer en el orden correcto.

La programación es similar, pero en lugar de bloques de Lego, usamos código de programación. El código es como las instrucciones para decirle a la computadora qué hacer. A veces, las cosas pueden volverse confusas porque los programas pueden ser muy grandes y complicados, como un castillo de Lego enorme.

Además, la tecnología cambia rápidamente. Esto significa que siempre hay nuevas cosas que aprender y formas diferentes de hacer las cosas.

En los primeros ordenadores, la programación se realizaba mediante tarjetas perforadas, que contenían las instrucciones que debía seguir la máquina. Cada tarjeta perforada representaba una instrucción específica, y se debían introducir en el ordenador en el orden correcto para que el programa funcionara correctamente.

Con el tiempo, se desarrollaron lenguajes de programación de alto nivel, como FORTRAN y COBOL, que permitían escribir programas utilizando una manera más cercana al lenguaje humano. Estos lenguajes facilitaron enormemente el proceso y permitieron a los programadores centrarse en la lógica del programa en lugar de en los detalles de la máquina.

En la actualidad, existen numerosos lenguajes de programación de alto nivel, como Python, Java y C++, que permiten a los programadores escribir programas complejos de manera eficiente y efectiva.